Introducción
La escasez es un concepto fundamental en economía, y afecta directamente la toma de decisiones. Cuando los recursos son limitados, debemos elegir cómo asignarlos de manera eficiente. En toda decisión hay en mayor o menor medida un problema de escasez. Algunas veces la escasez de recursos monetarios es la más importante, pero no lo es en muchas de las decisiones más apremiantes, el tiempo también es un recurso escaso para todo el mundo. Por ejemplo, cuando vamos a ver una película y hemos de elegir alguna de las disponibles en cartelera, no es el precio de las entradas el que nos pone limitaciones a la mayoría de nosotros, sino el tiempo. Si no disponemos más de unas cuantas noches libres al mes, ir a ver una película significa no poder ver otra o cenar con los amigos.
Hacer frente a uno u otro tipo de escasez constituye la esencia de la condición humana. En realidad, si no fuera por este problema, la vida perdería en gran parte su intensidad. Para una persona que viviera eternamente y tuviera recursos ilimitados, ninguna decisión tendría importancia para ella. Sin embargo, sabemos que esto no ocurre en el mundo real.
Las personas que estudian economía enseguida descubren que medir los costos y los beneficios es una tarea complicada. A decir verdad, tiene más de arte que de ciencia. Algunos costos parece que están deliberadamente ocultos a la vista. Otros parecen importantes, pero cuando se examinan más de cerca, se observa que no lo son. La ciencia económica nos enseña a identificar los costos y los beneficios que son realmente importantes. Los principios que se utilizan son sencillos y de sentido común, pero son principios que muchas personas desconocen en la vida diaria.
Mi interés en este artículo se centra en presentarles el modelo MIDE (Modelo Integral de Decisiones Económicas) el cual es una herramienta que he diseñado con el objetivo de permitir a los usuarios comprender de manera intuitiva lo que significa “pensar como un economista” al tomar decisiones económicas. De hecho, mi meta es hacer que estos conceptos sean útiles y aplicables para cualquier persona.
El MIDE se basa en la comparación de aspectos económicos entre dos actividades, A y B. Estos aspectos incluyen los costos y beneficios directos e indirectos, el costo de oportunidad, el tiempo y los riesgos asociados a cada evento. La actividad A representa una opción específica, mientras que la actividad B es simplemente la alternativa a la actividad A que tiene un valor más elevado.
En el desarrollo de este artículo, profundizaré en una definición más amplia del MIDE, explorando cada uno de sus componentes y mostrando cómo podemos aplicar este modelo en casos particulares para tomar decisiones informadas en diversas situaciones económicas.
¿Por Qué Asignamos Valores Monetarios a las Satisfacciones Humanas o Colectivas?
Imaginemos que cada experiencia o actividad de nuestra vida tiene un “precio subjetivo” en nuestra mente. Este precio no es en dólares reales, sino una forma de cuantificar cuánto valoramos esa experiencia. Darle un valor monetario a la satisfacción nos ayuda a considerar todos los aspectos importantes de nuestras decisiones, más allá de lo puramente financiero. Por ejemplo, si consideramos que ir a la playa tiene para nosotros un valor de satisfacción de 100 dólares, esto significa que, en términos de satisfacción personal, es como si ganáramos 100 dólares al disfrutar de ese momento en la playa. También, podemos evaluar si gastar dinero en esta actividad recreativa es más valioso para nosotros que ahorrarlo o invertirlo.
A veces las decisiones no son solo sobre dinero; también involucran nuestra felicidad, bienestar y calidad de vida. Al asignar valores monetarios a la satisfacción, podemos comparar opciones de manera más completa. Por ejemplo, si tenemos dos trabajos posibles, uno que paga más, pero nos hace menos feliz, y otro que paga menos, pero nos llena de satisfacción, podemos compararlos considerando ambos aspectos.
Al comparar satisfacción con otros factores económicos, estamos haciendo trade-offs. ¿Preferimos más dinero o más felicidad? ¿Cuánto estamos dispuesto a sacrificar de un lado para obtener más del otro?
La clave está en tomar decisiones informadas. Al asignar valores monetarios a la satisfacción, podemos sopesar mejor nuestras opciones y elegir lo que realmente nos beneficia en términos globales.
Modelo Integral de Decisiones Económicas (MIDE)
El Modelo Integral de Decisiones Económicas (MIDE) es una herramienta diseñada para comparar entre dos actividades, A y B, aspectos económicos para la toma de decisiones informadas con el objetivo de maximizar nuestro bienestar económico y personal.
Consideremos dos actividades: A y B. La actividad A representa una opción específica, mientras que la actividad B es simplemente la alternativa a la actividad A que tiene un valor más elevado. Al elegir realizar la actividad A, se renuncia automáticamente a la posibilidad de llevar a cabo la actividad B. El valor asociado con la actividad B se denomina el “costo de oportunidad” de elegir la actividad A. El modelo MIDE busca optimizar esta elección considerando tanto los beneficios directos como las oportunidades perdidas al seleccionar una opción sobre otra.
Este enfoque es especialmente relevante en economía, finanzas y planificación estratégica, ya que nos ayuda a sopesar cuidadosamente los pros y los contras al tomar decisiones, teniendo en cuenta las oportunidades sacrificadas.
Características
- Equilibrio entre Costos y Beneficios: Al analizar los costos y beneficios directos e indirectos asociados con cada actividad, el MIDE nos ayuda a encontrar un equilibrio adecuado. No solo se trata de maximizar los beneficios, sino también de minimizar los costos.
- Costo de Oportunidad: Al elegir una opción, siempre estamos renunciando a otra. El MIDE nos ayuda a identificar ese costo de oportunidad. Por ejemplo, si decidimos invertir en una empresa, estamos renunciando a otras oportunidades de inversión.
- Gestión del Tiempo: El tiempo es un recurso limitado y no renovable. A diferencia del dinero o los bienes materiales, no podemos fabricar más horas en el día. Por esta razón, el MIDE considera el factor temporal al evaluar las alternativas. Puede ayudarnos a decidir si una opción a largo plazo es preferible a una ganancia inmediata, o viceversa.
- Evaluación de Riesgos: Evaluar y comparar los riesgos asociados con cada alternativa, es crucial para minimizar resultados inesperados y tomar decisiones más sólidas.
Componentes
Estructura de Proceso MIDE
1. Planteamiento
Sean las actividades A y B, las cuales describen dos posibles escenarios. La actividad A representa una opción específica, mientras que B es simplemente la alternativa a la actividad A.
Ejemplo: ¿debo salir al cine con mis amigos (actividad A) o quedarme en casa (actividad B)?
2. Análisis de Selección
Consiste en evaluar de manera individual las actividades A y B a fin de de determinar cuál de ellas resulta más ventajosa desde una perspectiva financiera, considerando los siguientes factores:
- Costo Explícito: Se refiere a los gastos monetarios asociados de cada actividad. No obstante, en casos particulares, los costos podrían no estar directamente relacionados con el dinero. Estos costos no monetarios pueden ser igualmente valiosos, especialmente cuando representan un impacto significativo en la satisfacción y el compromiso de los individuos, aunque no son fáciles de expresar en términos monetarios.
- Beneficios: Son las ventajas o ganancias que se obtienen de cada actividad. Estos pueden ser directos como indirectos.
- Costo de Oportunidad: Es el valor de la mejor alternativa no elegida. Representa lo que se sacrifica al elegir una actividad sobre la otra.
- Tiempo: Se refiere a la cantidad de tiempo que se invertirá en cada actividad y cómo este tiempo afecta otros aspectos de la vida.
- Riesgo: Es la posibilidad que suceda algo que tendrá impacto en el resultado asociado a cada actividad. Se mide en términos de probabilidades y consecuencias o impacto.
Además, para obtener el costo total, debemos sumar tanto el costo explícito como el costo de oportunidad en cada una de las actividades:
Costo Total de A = Costo Explícito de A + Costo de Oportunidad de A
Costo Total de B = Costo Explícito de B + Costo de Oportunidad de B
Solo entonces podemos compararlos con los beneficios esperados y tomar decisiones más acertadas.
3. Decisión
En esta fase, se toma la decisión de elegir entre la actividad A o simplemente optar por la alternativa representada por la actividad B. Para tal fin, debemos considerar los siguientes criterios:
Beneficios vs Costos:
Evaluamos los beneficios y los costos los asociados, tanto directos como indirectos, así como el costo de oportunidad.
Criterio de decisión:
Si C(A) < B(A) entonces elegir A
Si C(A) > B(A) entonces elegir la alternativa B
Tiempo Óptimo:
Evaluamos si el tiempo necesario para completar cada actividad es proporcional a los beneficios obtenidos.
Criterio de decisión: Elegimos la actividad que se pueda completar en el menor tiempo posible sin comprometer la calidad de los resultados.
Riesgo:
Identificación: Identificamos los posibles riesgos asociados a cada actividad.
Evaluación: Evaluamos la probabilidad y el impacto de estos riesgos.
Mitigación: Consideramos las estrategias para mitigar estos riesgos.
Criterio de decisión: Optamos por la actividad con el menor nivel de riesgo o con riesgos más manejables.
Aplicación del MIDE En Casos Particulares
Para poner en práctica este modelo, analizaremos a continuación el siguiente ejemplo que nos será familiar por la experiencia real, en el cual debemos tomar decisiones económicas.
Ejemplo 1
¿Debemos ir a la playa el fin de semana o trabajar como asistentes de investigación?
Sabemos por experiencia que ir y disfrutar de todo un día en la playa tiene para nosotros un valor de satisfacción de 50$. Los costos de un día ascienden a 35$ (esta cantidad comprende el boleto de autobús, el boleto de entrada a la playa, bebidas y snacks)
Por otra parte, si no vamos a la playa, trabajaremos en nuestro nuevo puesto de asistente de investigación en el laboratorio, donde nos pagaran 40$ por día equivalente a cinco horas de trabajo y nos gusta lo suficiente como para estar dispuestos a hacerlo gratuitamente. También, sabemos que los costos por ir a trabajar al laboratorio ascienden a 10$ (esta cantidad comprende el boleto de autobús y gastos de almuerzo) por lo tanto, la pregunta que debemos hacernos es la siguiente: “¿Debemos ir a la playa o debemos quedarnos y trabajar como asistentes de investigación?”
Aplicando el modelo MIDE, tenemos:
1. Planteamiento
Sea la actividad A: Ir a la playa, donde la alternativa a esta actividad es B: Trabajar como asistentes de investigación.
2. Análisis de Selección
2.1 Costos Explícitos
- Costo explícito de hacer la actividad A: Los costos de un día en la playa ascienden a 35$.
- Costo explícito de hacer la actividad B: Los costos de ir a trabajar un día en el laboratorio ascienden a 10$.
2.2 Beneficios
- Beneficio de hacer la actividad A: La experiencia de ir a la playa tiene para nosotros un valor de satisfacción de 50$. Sin embargo, también debemos considerar que, al decidir realizar esta actividad, estaríamos obteniendo un beneficio de ahorro de 10$ al no ir a trabajar. En otras palabras, no incurrir en un costo es equivalente a obtener un beneficio. Por lo tanto, al sumar estos dos beneficios, tenemos que el beneficio total sería de 60$.
- Beneficio de hacer la actividad B: Obtenemos un beneficio de 40$ por un día de trabajo en el laboratorio. Adicionalmente, debemos considerar que, al decidir realizar esta actividad, estaríamos obteniendo un beneficio de ahorro de 35$ al no ir a la playa. Así pues, al sumar estos dos beneficios, tenemos que el beneficio total sería de 75$.
2.3 Costo de Oportunidad
- Costo de Oportunidad al hacer la actividad A: Si decidimos ir a la playa, estaríamos sacrificando 40$ en ingresos por no ir a trabajar al laboratorio.
- Costo de Oportunidad al hacer la actividad B: Si decidimos ir a trabajar, estaríamos sacrificando la experiencia de ir a la playa el cual tiene para nosotros un valor de satisfacción de 50$.
2.4 Tiempo
- Tiempo requerido al hacer la actividad A: Tenemos todo el día para ir a la playa.
- Tiempo requerido al hacer la actividad B: La jornada de trabajo es de 5 horas.
2.5 Riesgo
- Riesgos al hacer la actividad A: Si el clima es desfavorable no podremos disfrutar de la playa, es crucial consultar el reporte climático antes de tomar una decisión. Por otra parte, si consideramos que la exposición prolongada al sol puede ser perjudicial para nuestra piel, es importante llevar protector solar.
- Riesgos al hacer la actividad B: En el laboratorio, existe el riesgo de contacto con sustancias químicas o equipos calientes que podrían provocar quemaduras. Sin embargo, es importante destacar que se cuenta con equipos de protección de última generación.
3. Decisión
Una vez que hemos identificado los componentes del MIDE para las actividades A y B en el Ejemplo 1, obtenemos el siguiente resultado:
Tabla1. Análisis de Selección Ejemplo 1
De lo anterior, podemos observar que el costo de ir a la playa no es solamente el costo explícito (35$), sino también el costo de oportunidad respecto a los ingresos que perdemos (40$). Por lo tanto, el costo total asciende a 75$, cantidad superior a los beneficios de 60$. Dado que los costos son mayores a los beneficios, debemos quedarnos y trabajar en el laboratorio. No obstante, una persona que no tuviera en cuenta el costo de oportunidad de los ingresos perdidos, tomaría la decisión incorrecta de ir a la playa.
Respecto a la optimización del tiempo, observamos que ir a la playa conlleva dedicar una parte considerable del día a esa actividad, mientras que optar por trabajar en el laboratorio solo requiere de 5 horas, dejándonos el resto del día libre.
Por otra parte, al evaluar los riesgos, encontramos que ir a la playa conlleva riesgos inherentes, como la posibilidad de un clima desfavorable o una exposición excesiva al sol. Sin embargo, estos riesgos pueden mitigarse mediante una buena planificación: verificar el pronóstico del tiempo, aplicar protector solar y buscar sombra cuando sea necesario. Por otro lado, trabajar en el laboratorio también implica riesgos, como el contacto con sustancias químicas o equipos calientes que podrían causar quemaduras. Afortunadamente, el laboratorio cuenta con equipos de protección de última generación, lo que reduce significativamente esos riesgos
Decisión Final:
Considerando todos los criterios, podríamos optar por ir a la playa si priorizamos nuestro nivel de satisfacción, o por ir al trabajo si los beneficios netos y la optimización del tiempo son nuestros principales objetivos.
De lo anterior, podemos observar el papel que desempeña en el Ejemplo 1 nuestras ideas sobre el trabajo. El hecho de que nos guste lo suficiente para que estemos dispuestos a hacerlo gratuitamente no es sino otra forma de decir que no tiene costos psíquicos. Esto es importante ya que significa que, si lo hiciéramos, no estaríamos escapando de algo desagradable. Naturalmente, no todos los trabajos entran dentro de esta categoría. Supongamos, por el contrario, que el trabajo consistiera en lavar platos en un restaurante por el mismo dinero, 40$ al día equivalente a ocho horas de trabajo, y fuera tan desagradable que no tuviéramos dispuestos a hacerlo por menos de 30$ al día. Si el encargado del comedor nos permitiera tomarnos un día libre cuando quisiéramos, seguramente revisaríamos nuestra decisión sobre la posibilidad de ir a la playa, considerando el valor de satisfacción que tiene para nosotros realizar esta actividad recreativa.
Veamos a continuación el Ejemplo 2 el cual es esencialmente igual al Ejemplo 1 con la diferencia de que en lugar de ir a trabajar al laboratorio (actividad B), consideramos la alternativa de lavar platos en un restaurante durante una jornada de ocho horas diarias. Además, consideremos que el restaurante esta cercano a nuestro hogar y ofrece almuerzo gratuito a sus empleados.
Ejemplo 2
¿Debemos ir a la playa el fin de semana o lavar platos en el restaurante?
Existes dos maneras de examinar esta decisión. Una es decir que uno de los beneficios de ir a la playa es no tener que lavar platos. Dado que nunca estaríamos dispuestos a hacer este trabajo por menos de 30$ al día durante ocho horas, para nosotros evitar esa tarea tiene ese valor. Por lo tanto, ir a la playa tiene el beneficio indirecto de no lavar platos. Si lo sumamos al beneficio directo de 50$ de ir a la playa, tenemos que el beneficio total sería de 80$. Desde este punto de vista, el costo tiene el mismo valor que antes, es decir, los 35$ que cuesta ir a la playa más los 40$ del costo de oportunidad de los ingresos perdidos, para un total de 75$. Por lo tanto, el beneficio es mayor al costo, lo que significa que debemos ir a la playa.
Tabla2. Análisis de Selección Ejemplo 2. Primer Enfoque
Otra forma de llegar al mismo resultado consistiría en determinar los aspectos desagradables del trabajo de lavar platos y el sueldo. Según este enfoque, restaríamos los 30$ diarios que valen para nosotros estos aspectos de los ingresos de 40$ que percibiríamos si lo hiciéramos y diríamos que el costo de oportunidad de no trabajar en el comedor es de 10$ diarios solamente. En este caso, el Costo total= 35$ + 10$ = 45$ el cual es menor al beneficio de 50$, y la conclusión es, de nuevo, que debemos irnos a la playa.
Tabla3. Análisis de Selección Ejemplo 2. Segundo Enfoque
De lo anterior, podemos observar que existe una relación recíproca entre los costos y los beneficios. No incurrir en un costo es lo mismo que obtener un beneficio. Por la misma razón, no obtener un beneficio es lo mismo que incurrir en un costo.
Resumen
El Modelo Integral de Decisiones Económicas (MIDE) se presenta como una herramienta valiosa para evaluar y comparar entre dos actividades desde una perspectiva económica. Al considerar los costos y beneficios directos e indirectos, el MIDE nos guía hacia decisiones más informadas y alineadas con nuestros objetivos financieros y personales. Este enfoque es especialmente relevante en economía, finanzas y planificación estratégica, ya que nos ayuda a sopesar cuidadosamente los pros y los contras al tomar decisiones, teniendo en cuenta las oportunidades sacrificadas. Por esta razón, el MIDE no solamente evalúa los beneficios y costos explícitos, sino también el costo de oportunidad. Cada elección implica renunciar a algo más. Al aplicar este enfoque, nos aseguramos de que nuestras decisiones estén alineadas con nuestros objetivos y valores.
El tiempo es un recurso limitado y no renovable. A diferencia del dinero o los bienes materiales, no podemos fabricar más horas en el día. Por lo tanto, cada elección implica una asignación de tiempo. Al considerar una actividad o negocio, debemos sopesar cuánto tiempo requerirá y si estamos dispuestos a comprometer esa parte de nuestra vida. Esta consideración temporal nos permite tomar decisiones informadas y evaluar no solo los beneficios y costos financieros, sino también el impacto a largo plazo.
Finalmente, al considerar los riesgos asociados a cada actividad en el MIDE, obtenemos una visión más completa de las posibles consecuencias. Esto nos permite evitar eventos inesperados y tomar decisiones más informadas. Evaluar y mitigar los riesgos nos ayuda a anticipar escenarios adversos, proteger nuestros intereses y avanzar hacia nuestros objetivos con mayor confianza.
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